Cuidar también duele cuando hay violencia

Cuidar también duele cuando hay violencia

En México, millones de mujeres sostienen redes de cuidado todos los días. Lo hacen en persona, sí… pero también a través del celular: organizan, acompañan, responden, consuelan. Desde un mensaje de voz que calma una crisis, hasta coordinar a la distancia la vida de una familia o apoyar a una amiga que lo necesita.

Pero incluso ese cuidado digital está atravesado por violencias que lo vuelven desigual y, muchas veces, doloroso:

  • 📵 Sin datos ni señal para mantenerse comunicadas.
  • 🔐 Control o revisión de sus mensajes por parte de parejas u otras personas.
  • Jornadas laborales que no dejan espacio para contestar, acompañar o simplemente descansar.
  • 💔 Carga emocional constante, esperando siempre estar disponibles para otras.

La tecnología acerca, sí… pero también expone las brechas, las desigualdades y las violencias que muchas mujeres enfrentan para poder cuidar.

🟣 Violencia digital: una barrera para la participación y la igualdad

La campaña de la ONU “ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas” centra en 2025 el foco en la violencia digital, reconociéndola como un fenómeno estructural que limita la igualdad y la participación plena de las mujeres en los espacios públicos y privados.

En México, su magnitud es grave:
El 22% de las usuarias de internet —alrededor de 10.6 millones de mujeres— han sufrido alguna agresión en línea (INEGI, 2024).

Y esta violencia no afecta a todas por igual. Tiene un claro sesgo interseccional: jóvenes, mujeres con alta visibilidad, figuras públicas o políticas enfrentan ataques más frecuentes y más severos. Como advierte la ONU, estas agresiones tienen consecuencias reales:
silencian, expulsan, intimidan y limitan la participación cívica, obligando a muchas a autocensurarse o abandonar los espacios digitales.

🟣 Cuando cuidamos en condiciones de violencia

Para muchas mujeres, cuidar en el mundo digital significa hacerlo entre restricciones, con miedo, o bajo vigilancia. La violencia digital se convierte en una capa más que dificulta el acceso a la información, la organización comunitaria y la posibilidad de sostener redes de apoyo en un entorno seguro.

Este 25N recordamos que la violencia no siempre se ve, no siempre deja huellas físicas y no siempre ocurre en silencio. A veces ocurre en la pantalla: en un mensaje intimidatorio, en una foto compartida sin consentimiento, en un comentario que busca callar, en la mirada vigilante que revisa cada notificación.

Una vida libre de violencia también es una vida con espacios digitales seguros, accesibles y libres.

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